En la naturaleza existen bacterias y animales , que toleran la congelación durante periodos prolongado, como la ranas de madera de Alaska que embalan sus células con glucosa que reduce el secado y estabiliza las células como un crioprotector, lo que le permite resistir una temperatura de -18ºC durante 6 meses y volver a descongelarse con sus funciones al 100%. Los científicos han experimentado con Caenorhabditis elegans, es un nematodo de 1 mm de longitud. han demostrado la persistencia de la memoria a largo plazo después de pasar un proceso de vitrificación y reanimación.
Sin embargo, la era moderna de la criónica no surgió hasta 1962 cuando el profesor de física Robert Ettinger de la Universidad de Michigan, propuso en un libro, The Prospect of Inmortality, que la congelación de personas sería un modo de llegar hasta las futuras tecnologías médicas. Aunque congelar a una persona parezca mortal, Ettinger alega que lo que hoy puede parecer mortal, mañana puede ser reversible. Aplica el mismo argumento al proceso de
morir, diciendo que los primeros estadios de la muerte clínica pueden ser reversibles en el futuro.
Si la temperatura del cuerpo humano desciende a las 35 °C entra en hipotermia, los músculos se entumecen, se produce temblores, la piel de vuelve azulada y vamos perdiendo lentamente la capacidad de pensar y movernos, provocando que el corazón deje de latir y la sangre ya no oxigene las células.
Las células al ser congeladas forman cristales que romperán la membrana celular, sería como congelar una rama de árbol con hojas frescas y la introducimos en un ambiente extremadamente frío, la planta asumiría el aspecto de un objeto congelado: sus formas quedarían intactas, pero al sacarlas nuevamente a temperatura ambiante, las hojas, al tacto con la mano, se rompería en pedazos, para que esto no ocurra se usan crioprotectores pero estos pueden tener efectos secundarios (o tóxicos).
Los científicos han encontrado la manera de resolver este último problema con una técnica de imagen (TAC) que utiliza rayos x para obtener imágenes de corte o secciones de objetos anatómicos que permite medir la conce tracción del dimetil sulfóxido (criopreotector). " Con el TAC es posible monitorozar la carga de dimetil sulfóxido, con una resolución de 50 micras, por lo que se puede tener una imagen tridimensional del órgano y conocer la cantidad de criopreotector que hay en todo momento, además se puede detectar la formación de hielo con el fin de que las condiciones de criopreservación sean óptimas ", señala Ramón Risco científico y creador de la fundación Vidaplus.
Sin embargo, la era moderna de la criónica no surgió hasta 1962 cuando el profesor de física Robert Ettinger de la Universidad de Michigan, propuso en un libro, The Prospect of Inmortality, que la congelación de personas sería un modo de llegar hasta las futuras tecnologías médicas. Aunque congelar a una persona parezca mortal, Ettinger alega que lo que hoy puede parecer mortal, mañana puede ser reversible. Aplica el mismo argumento al proceso de
morir, diciendo que los primeros estadios de la muerte clínica pueden ser reversibles en el futuro.
Si la temperatura del cuerpo humano desciende a las 35 °C entra en hipotermia, los músculos se entumecen, se produce temblores, la piel de vuelve azulada y vamos perdiendo lentamente la capacidad de pensar y movernos, provocando que el corazón deje de latir y la sangre ya no oxigene las células.
Se sabe que la temperatura corporal más baja a la que un ser humano a sobrevivido es de 13.7 °C.
El proceso de congelación conlleva cambios físicos y químicos a nivel de la célula que pueden alterarla y producir daños letales.
Sabemos que hoy en día se usa esta técnica para criopreservar óvulos, semen, sangre presente en el cordón umbilical, tejidos; estos últimos al ser de varios tipos se congelan a diferentes temperaturas y velocidades. "Un ejemplo serían las córneas ya que su congelación es problemática y se mantienen mejor en un cultivo a 5 °C" dice Elba Agustín, bióloga del TSF.
Pero al hablar de órganos humanos no se ha conseguido resultados aceptables ya que al congelarlos o criopreservarlos con nitrógeno líquido estos no se mantienen en buen estado al momento de descongelarlos, otro obstáculo sería el gran tamaño de los órganos y los problemas existentes de transferencia de temperatura y masa.
Nos referimos al frío o calor que se transmita a lo que se quiere criopreservar y la cantidad de crioprotectores que se usará.
Auque por el momento se ha probado en un molde de riñón de conejo, se espera aplicarlo en riñones humanos.
Como hemos visto la técnica de criopreservación sólo se a conseguido en células y tejidos humanos pero de manera separada, pero sabes que el cuerpo humano está constituido por más partes importantes.
En el mundo existen 7 organizaciones dedicadas a criopreservación, 5 de ellas en Estados Unidos (Alcor, Cryonics Institute), Rusio (KrioRus), Portugal.
Actualmente, hay 360 casos estimados de pacientes que han optado por este proceso, ya sea el cuerpo completo o cerebros también hay 200 mascotas.
Cryonics Institute creada por Robert Ettinger afirma tener 173 cuerpos criogenizados, el último el 14 de septiembre del 2019. Alcor, otra de las grandes compañías, cuanta con unos 162.
Criopreservar es legal en casi todo el mundo, ya que no implica matar a una persona debido a que esto preces o se lleva a cabo después de que se haya declarado muerta la persona.
Solo nos queda esperar al avance científico y tecnológico para saber si tendremos una segunda oportunidad de vivir, mientras tanto seguirá siendo algo de ciencia ficción.
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